La fecha prevista para el parto era el 24 de diciembre. Esa fecha nos gustaba porque siempre estamos en Alicante para celebrar el cumpleaños de mi marido y las navidades con toda la familia.
Desde que supimos la fecha tuvimos claro que estaríamos allí, además, considerábamos que era más cómodo para todos; en Madrid no tenemos espacio para tanta gente y no nos parecía bien que mis padres o mis suegros tuvieran que quedarse en un hotel.
La decisión estaba tomado, así que, el 6 de diciembre mis padres subieron a Madrid a recogerme. Mi marido se quedó aquí para seguir trabajando hasta el 19 de diciembre que era cuando tenía previsto coger vacaciones. Además, según el ginecólogo aún quedaban días para el nacimiento.
La primera semana de estancia en Alicante la pasé muy bien, tranquila, paseando, viendo a mis amigas y haciendo alguna comprita de ultima hora. El primer fin de semana, el 12 y 13 de diciembre, fue un poco raro; ese sábado en unos de mis paseos empecé a notar un dolor de ovarios muy intenso, parecido al de la regla. Éste dolor me bajaba hasta las piernas y me impedía caminar erguida. Lo curioso es que igual que vino se marchó, y en cuestión de unos minutos estaba como nueva, ni rastro del dolor.
Continuará...
Desde que supimos la fecha tuvimos claro que estaríamos allí, además, considerábamos que era más cómodo para todos; en Madrid no tenemos espacio para tanta gente y no nos parecía bien que mis padres o mis suegros tuvieran que quedarse en un hotel.
La decisión estaba tomado, así que, el 6 de diciembre mis padres subieron a Madrid a recogerme. Mi marido se quedó aquí para seguir trabajando hasta el 19 de diciembre que era cuando tenía previsto coger vacaciones. Además, según el ginecólogo aún quedaban días para el nacimiento.
La primera semana de estancia en Alicante la pasé muy bien, tranquila, paseando, viendo a mis amigas y haciendo alguna comprita de ultima hora. El primer fin de semana, el 12 y 13 de diciembre, fue un poco raro; ese sábado en unos de mis paseos empecé a notar un dolor de ovarios muy intenso, parecido al de la regla. Éste dolor me bajaba hasta las piernas y me impedía caminar erguida. Lo curioso es que igual que vino se marchó, y en cuestión de unos minutos estaba como nueva, ni rastro del dolor.
Continuará...
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