Rebeldía, rebeldía, así tengo a la peque de la casa. No hay forma de que haga nada a la primera y da igual de lo que se trate. Podemos pedirle que se lave las manos, los dientes o que recoja un poco los juguetes que ella y su hermana han sacado. Siempre es igual, la respuesta es NO. Otra forma que tiene de decirnos NO, es ignorándonos o decir que tiene mucho sueño o hambre, y esto suele venir acompañado de una voz con quejido y casi como llorando. Tenemos paciencia, tengo paciencia e intento que nos haga caso explicándoselo despacio y con calma, pero al final sólo entra en "razón" si le digo por ejemplo: "si no recoges luego no podrás exigir cosas", casi parece un ultimato. Hay días que ésta actitud te puede hacer gracia (sin reinos, sólo de pensamiento) por las salidas que se le ocurren, que te llegan sorprender. Ver esa forma de intentar esquivar su obligación nos deja a veces casi fuera de juego, pero muchos otros días estamos tan cansados física y
¡No dejes que tu mente te ponga límites!