Llevo mucho tiempo sin escribir y tengo muchas cosas pendientes que contar. Lo mejor será empezar por el principio y hacer un resumen.
La Guardería
El siete de marzo la peque comenzó la guardería; a mí no me gustaba la idea de llevarla pero no nos quedaba otra opción, ese mismo día yo comenzaba un curso muy interesante de un mes y no podía perder la oportunidad. En fin, sólo iba a estar tres horitas por la tarde, hasta que su papá la recogiera.
Unos días antes fuimos a visitar la guardería. Mientras visitabamos la guardaría, la peque se sentó en un aula con las profesoras y demás niños como si los conociera de toda la vida y se quedó con ellos todo el tiempo que estuvimos allí. Cuando fuimos a por ella estaba tan tranquila jugando que no se había dado cuenta de que nos habíamos marchado. Viendo éste comportamiento salí de la guardería pensando que quizás el mes que tenía que pasar en ella podría ser bueno y no me equivocaba.
El primer día estuvo muy bien: La niña entró tranquilamente en el aula de la mano de su profesora, y según nos contaron, hasta pasada una hora mas o menos no empezó a mirar hacía todas partes como preguntándose: "¿Dónde están mis padres?". Ahí se mosqueo un poco, aunque enseguida se le pasó (¡mi peque es toda una campeona!).
El segundo día, yo estaba muerta de miedo pensando que cuando viera adonde la llevaba se pondría a llorar, pero no fue así, todo lo contrario: cuando entramos estaba contenta, tanto que cuando vino la profe a por ella se lanzó a sus brazos con una sonrisa de oreja a oreja. Yo no daba crédito a lo que estaba sucediendo y me fui con varias sensaciones: por un lado, alegría de ver que se quedaba contenta, y por otro tristeza y culpabilidad por tener que dejarla.
El resto de las semanas fueron igual de bien, tanto es así que pasó el mes casi sin darnos cuenta.
La parte negativa de ésta aventura ha sido que la peque, tras pasar una semana rodeada de niños, se puso malita con fiebre, faringitis y mocos. Estuvo toda esa semana en casa. La fiebre duró dos o tres días pero la faringitis duró más; a la pobre le molestaba tanto tragar que se pasó esa semana a base de pecho aunque quería comer sólido. Ésta segunda semana no perdí clases pero porque cuando llegaba mi marido de trabajar él se quedaba con la peque y yo me iba.
A pesar de esto, en definitiva, la experiencia ha sido buena y me ha servido:
A pesar de esto, en definitiva, la experiencia ha sido buena y me ha servido:
- Como prueba para ver que tal estaría la peque si por algún motivo me incorporase a trabajar.
- Y sobre todo, para reafirmar mi teoría de que en las guarderías los virus campan a sus anchas y son un foco de infección sí o sí.
Vacaciones de Semana Santa
Una vez acabada las responsabilidades de las dos (curso y guardería) nos fuimos dos semanas a Alicante para pasar las vacaciones de semana santa con los abuel@s y tías.
La primera semana la pasamos sin papá porque estaba de viaje, y las segunda ya con él disfrutando los tres juntitos.
LLegamos el viernes ocho de abril y, ese mismo fin de semana tuvimos una barbacoa con toda mi familia para celebrar el cumpleaños de mi abuela (83 años). Ése día hizo un calor...parecía verano y la peque disfrutó como nunca. No paraba quieta, que si piedra por aquí, que si un charco donde puedo sentarme y mojarme el culete, que si más piedras, escalón, primos y más primos, etc. Con tanto ajetreo al final se dio un golpe al rededor del ojo, en ese momento parecía que iba a salirle un chichón, y que se le quedaría todo moradito. Finalmente no fue así, todo quedó en un susto y un rasponazo. La rapidez en ponerle frío y una cremita que tengo de la farmacia para los golpes hizo un milagro. Después de la barbacoa a casa, directa a la bañera. El baño la dejó tan relajada que se quedó dormida al momento y sin cenar.
Ésa semana fue muy intensa y, todos los días entre las ocho y las nueve de la noche se quedaba dormida. En Alicante no para, tanta gente a su alrededor, tantas cosas nuevas por ver y descubrir, que la dejan al final del día agotadita.
A la semana siguiente llegó papá y la peque estuvo muy contenta y yo también. Hemos pasado quince días estupendo, con buen tiempo la mayor parte de las vacaciones y rodeados de familia y amigos.
Ahora ya estamos de vuelta en Madrid, con fuerzas para todo, para enfrentarme a la consulta del endocrino y, con fuerzas también para ir al gimnasio, a uno que han abierto enfrente de casa y sólo para chicas, eso me gusta, estar tranquila en el gimnasio sin sentir miradas de cualquier tipo (buenas o malas).
Pues eso es esto, un pequeño resumen de estos meses sin escribir pero tengo mucho más que contar...
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