¡Aquí estoy de nuevo! Después de una semana en la que hemos empezado una de las estaciones más bonitas del año, "La Primavera", que por estas tierras americanas aún se nota poco. Todo el mundo habla de ella: la gente tiene ganas de menos nieve y más sol, pero a mí no me preocupa, cuando llegue, llegará. Ya nos han contado que el calorcito se hace esperar y que hasta el cuarenta de mayo no hay que quitarse el sayo 😅. Aquí sí se cumple el refrán 😉, en Abril, por ejemplo, nieva una media de 10cm y en Mayo ¡1 cm!. De todas formas, cuando llegue de verdad la primavera estaré preparada con mi cámara de fotos porque por lo visto es espectacular. Para mí es toda una aventura estar aquí y no quiero perderme nada.
Y hablando de no perderse nada ¡cómo no íbamos a ir a ver el desfile de St. Patrick que se celebró hace dos fines de semana! Si alguien está pensado que de eso voy hablar hoy... ¡está en lo cierto!
El sábado 17 Marzo se celebró Saint Patrick´s Day o San Patricio, podéis decirlo como más os guste. Ese es un día importante para Irlanda porque se conmemora su patrón. Y quizás os preguntéis ¿por qué siendo una festividad irlandesa es tan conocida y celebrada en todo el mundo anglosajón? Pues bien, resulta que hay una gran comunidad irlandesa expatriada, y mantienen muy arraigadas sus costumbres, en especial esta fiesta. Como curiosidad, tengo entendido que los desfiles más grandes se celebran fuera de Irlanda, en ciudades como New York, Chicago o como en Boston que son multitudinarios y espectaculares. Es más, el primer desfile tuvo lugar en Boston en 1737, mucho antes que en Irlanda que tuvo lugar en 1931. Nosotros que vivimos en el Estado de New York, donde hay muchos descendientes de Irlandeses, hemos podido disfrutar de esta festividad y de su desfile.
El sábado nos levantamos sin prisas porque el desfile empezaba a las 12:30, y aprovechamos para hacer un brunch o lo que es lo mismo, un desayuno fuerte. Después de esa comilona nos fuimos al centro de la ciudad. Una vez allí, según nos acercábamos a la zona del desfile, empezamos a ver policías y calles cortadas. Cuando ya no pudimos acercarnos más con el coche, aparcamos e hicimos el resto del camino a pie (y vaya día salió de frío, eso nos hizo caminar deprisa para entrar en calor😂). Íbamos buscando la calle desde la que empezaba el desfile, en la web del desfile ponía que a esa altura se podía ver muy bien todo sin estar metidos en toda la aglomeración. La verdad es que la idea era buena, pero nos dimos cuenta demasiado tarde de que nos habíamos puesto un poco antes de dicha calle. Por delante de nosotros sólo vimos pasar una parte del desfile, el resto salía de los dos lados de la calle que cruzaba.
Y hablando de no perderse nada ¡cómo no íbamos a ir a ver el desfile de St. Patrick que se celebró hace dos fines de semana! Si alguien está pensado que de eso voy hablar hoy... ¡está en lo cierto!
El sábado 17 Marzo se celebró Saint Patrick´s Day o San Patricio, podéis decirlo como más os guste. Ese es un día importante para Irlanda porque se conmemora su patrón. Y quizás os preguntéis ¿por qué siendo una festividad irlandesa es tan conocida y celebrada en todo el mundo anglosajón? Pues bien, resulta que hay una gran comunidad irlandesa expatriada, y mantienen muy arraigadas sus costumbres, en especial esta fiesta. Como curiosidad, tengo entendido que los desfiles más grandes se celebran fuera de Irlanda, en ciudades como New York, Chicago o como en Boston que son multitudinarios y espectaculares. Es más, el primer desfile tuvo lugar en Boston en 1737, mucho antes que en Irlanda que tuvo lugar en 1931. Nosotros que vivimos en el Estado de New York, donde hay muchos descendientes de Irlandeses, hemos podido disfrutar de esta festividad y de su desfile.
El sábado nos levantamos sin prisas porque el desfile empezaba a las 12:30, y aprovechamos para hacer un brunch o lo que es lo mismo, un desayuno fuerte. Después de esa comilona nos fuimos al centro de la ciudad. Una vez allí, según nos acercábamos a la zona del desfile, empezamos a ver policías y calles cortadas. Cuando ya no pudimos acercarnos más con el coche, aparcamos e hicimos el resto del camino a pie (y vaya día salió de frío, eso nos hizo caminar deprisa para entrar en calor😂). Íbamos buscando la calle desde la que empezaba el desfile, en la web del desfile ponía que a esa altura se podía ver muy bien todo sin estar metidos en toda la aglomeración. La verdad es que la idea era buena, pero nos dimos cuenta demasiado tarde de que nos habíamos puesto un poco antes de dicha calle. Por delante de nosotros sólo vimos pasar una parte del desfile, el resto salía de los dos lados de la calle que cruzaba.
El inicio del desfile fue exactamente en East Avenue esquina con Alexander Street. |
Desde donde estábamos podíamos ver el desfile pero un poco "de espaldas", lo idóneo habría sido avanzar un poco más, pero a partir de Alexander St. estaba toda la calle a rebosar de gente y no cabía ni un alfiler. Habíamos cogido un sito en primera línea y las peques desde ahí podían verlo sin que nadie les tapara, así que no nos movimos.
En el desfile pudimos ver carrozas y coches decorados con flores, con tréboles verdes o con el famoso caldero lleno de monedas. La gente iba vestida de verde o con disfraces de duende mientras iban repartiendo a los espectadores collares (verdes) y caramelos. Se podía ver escuelas de baile irlandés que nos mostraban bailes típicos, había bandas de música animando a los participantes y al público, también desfilaron bomberos y policías con sus respectivos vehículos, que a mi personalmente me sorprendió, fue todo un despliegue de coches y agentes desfilando muy contentos y saludando a todo el mundo. Se veían banderas irlandesas y norteamericanas, veteranos, colonos, soldados y hasta un grupo disfrazado de vikingos. Además, mucha gente del público iba disfrazada y verlos era muy divertido.
Estuvimos alrededor de una hora viendo el desfile, pero no nos quedamos hasta el final porque, la verdad, hacía mucho frío y ¡mucho viento! Así que cuando nos pareció que habíamos visto suficiente, nos volvimos a casa, al calorcito.
En el desfile pudimos ver carrozas y coches decorados con flores, con tréboles verdes o con el famoso caldero lleno de monedas. La gente iba vestida de verde o con disfraces de duende mientras iban repartiendo a los espectadores collares (verdes) y caramelos. Se podía ver escuelas de baile irlandés que nos mostraban bailes típicos, había bandas de música animando a los participantes y al público, también desfilaron bomberos y policías con sus respectivos vehículos, que a mi personalmente me sorprendió, fue todo un despliegue de coches y agentes desfilando muy contentos y saludando a todo el mundo. Se veían banderas irlandesas y norteamericanas, veteranos, colonos, soldados y hasta un grupo disfrazado de vikingos. Además, mucha gente del público iba disfrazada y verlos era muy divertido.
Estuvimos alrededor de una hora viendo el desfile, pero no nos quedamos hasta el final porque, la verdad, hacía mucho frío y ¡mucho viento! Así que cuando nos pareció que habíamos visto suficiente, nos volvimos a casa, al calorcito.
Esa misma tarde, habíamos quedado con unos amigos para ir a celebrar la fiesta pero en un plan más adulto. Dejamos a las peques en casa de estos amigos con sus hijas y la baby sister y nos fuimos de fiesta. Nos llevaron a un pub irlandés llamado Mulcony´s que tenía música irlandesa en vivo. El ambiente que se respiraba era genial, todo el mundo estaba feliz, contento y de buen rollo, quizás por llevar alguna Guinness de más encima, jijiji. Era muy divertido ver a la gente con cualquier accesorio verde, o ver duendes gigantes con la barba bien roja. Lo pasamos muy bien esa tarde-noche, porque llegamos a las 5:30 de la tarde al pub y sobre las 22:00 estábamos llamando al uber para recoger a las peques.
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